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Rutinas y hábitos en la crianza

María Patricia Sarassa V.

Licencia en dificultades del Aprendizaje. Puericultora. Mg. en psicopedagogía.  / Diciembre 18 de 2018

¿Qué hacer para que nuestro hijo o hija, se acostumbre a comer a la misma hora?  ¿Cómo hacemos para que nuestra niña duerma en su habitación?

Escuchamos con frecuencia de padres y cuidadores sus preocupaciones para satisfacer apropiadamente las necesidades de sus hijos y facilitar la vida cotidiana en familia. La adquisición de hábitos disminuye los conflictos familiares en la crianza, facilita el orden, la adquisición de normas sociales y de la responsabilidad. Cuando un niño tiene el hábito de cepillarse los dientes después de comer, este acto, deja de ser motivo de discusión, mejora la autonomía y adquiere el valor del autocuidado. Lo mismo ocurre con las rutinas de alimentación, higiene, sueño, tareas escolares entre muchas otras.

¿Qué son las rutinas? 

Las rutinas son acciones recurrentes y hábitos que cada familia establece en su vida diaria, esto es, horas fijas y maneras precisas para efectuar ciertas actividades. Las rutinas diarias dan un sentido de orden a la existencia y se instauran en el ser, desde el momento mismo de su nacimiento.

Importancia de las rutinas en la crianza

La repetición de rutinas, construye los hábitos, siendo éstos, conductas que repetimos con frecuencia, hasta formar parte de nuestras actividades diarias de tal manera que se tornan automáticos. Por ejemplo, cuando decimos: “está servido el almuerzo”, el niño inmediatamente se lava las manos sin que alguien se lo diga o sin generar discusión.

Por tanto, la adquisición de rutinas y hábitos depende en gran parte, de la manera como el adulto cuidador implemente sus prácticas de crianza.

Beneficios de las rutinas y los hábitos

  •  Aportan al crecimiento y maduración del cerebro, fundamentalmente en los primeros mil días (período desde el momento de la concepción hasta el momento de cumplir dos años de edad).
  • Benefician la  construcción de un vínculo afectivo seguro. Un recién nacido al llorar y ser atendido rutinariamente, aprende que recibe alimento, afecto y sus necesidades son satisfechas, generando confianza en el adulto y un apego seguro.
  • Son el primer paso en la educación del niño. Favorecen la vida social con el aprendizaje de modales, normas, reglas sociales y valores.
  • Proporcionan a los niños oportunidades para aprender de sí mismos, de los demás y del medio que los rodea.
  • Una vez incorporadas las rutinas favorecen la planeación de tareas, juegos y actividades y la predicción de situaciones. Por ejemplo, cuando un niño expresa «si no me levanto ya, me deja el transporte».

¿Cómo construir Rutinas?

  • Conozca las características particulares de sus niños y niñas, aquello que los hace únicos: sus intereses, su temperamento, sus emociones. También el momento del desarrollo en que se encuentran, para acompañar rutinas y hábitos adecuados a su edad.
  • Los hábitos se adquieren por imitación y por repetición de rutinas. Es decir, el ejemplo educa más que la repetición incisiva de órdenes llamada “cantaleta”. Cepíllese los dientes con ellos, recojan juntos los juguetes. Establezca rutinas de acciones encadenadas, por ejemplo, para acostarse: cepillarse los dientes, empiyamarse, ir al baño, destender la cama y acostarse; la secuencia predispone al sueño.
  • Acompañe de forma amorosa. Mantenga una actitud de paciencia, claridad y firmeza. Ponga límites.
  • Cerciórese de que el niño haya comprendido las instrucciones.
  • Facilite la participación activa de los niños de acuerdo con sus capacidades y habilidades, en la construcción de las responsabilidades y reglas del hogar.
  • Sea consistente con las rutinas adquiridas. Si hay cambios, comuníquelos con anticipación y verifique su comprensión. Acompañe la rutina hasta que el niño demuestre independencia en ella.
  • Considere que el proceso de adquisición de las rutinas y hábitos es un aprendizaje en el que se presentan situaciones de tensión, tanto en los adultos como en los niños, que pueden generar “errores”. Éstos deben ser revisados, conversados y analizados con los niños, buscando soluciones conjuntas.

Finalmente, lo invitamos a ampliar este tema tan importante siguiendo este vínculo al boletín Rutinas Diarias y Crianza de Gloria Elena Orozco G. https://www.crianzacontigo.com/rutinas-diarias-y-crianza/ 

BIBLIOGRAFIA

Posada, Gómez, Ramírez. (Ed.). (2016). El Niño Sano, una visión integral. Bogotá, Colombia. Editorial Médica Panamericana.

Posada A., Gómez J.F., Ramírez H. (s.f.). Crianza Humanizada. Medellín, Colombia. Fundación Éxito.

Posada A., Gómez J.F., Ramírez H. (2014). Crianza Humanizada. Medellín, Colombia. Editorial Universidad de Antioquia.

Gómez, J.F., Posada Á., Ramírez H., (coordinadores). (2000). Puericultura El arte de la crianza. Colombia. Editorial Médica Panamericana.

Instituto Colombiano de Bienestar familiar, Sociedad Colombiana de Pediatría. (2006). El arte de criar hijos con amor. Guías de crianza.

Orozco, G.E., (2004). Rutinas diarias y crianza. Boletín Crianza Humanizada. Recuperado de: http://www.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/

Escallón, Carmen. (2006). La disciplina humanizada en los escolares: una cara del amor. Boletín Crianza Humanizada. Recuperado de: http://www.udea.edu.co/wps/wcm/connect/udea/e

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